Entre
las cualidades éticas con que debe contar un investigador, además
de cierto dominio de la materia en que se investiga, encontramos las
siguientes:
Ø
Actitud cognoscitiva
Ø
Actitud moral
Ø
Actitud reflexiva
Ø
Actitud objetiva
Ø
Habilidad en el manejo de métodos y técnicas
Ø
Ha de ser ordenado
Ø
Perseverante
Cabe
aclarar que algunas de las cualidades con que cuenta el investigador
son innatas y otras adquiridas mediante la educación y la
instrucción; esto revela que el propio investigador tiene que estar
consciente de sus posibilidades y de sus carencias, para que estas
últimas puedan, por medio de la práctica y el empeño, ser
resueltas.
La
cualidad de la actitud cognoscitiva. La asume quien frente a lo
desconocido manifiesta una apertura al conocimiento; quien muestra
disposición a aprender e indagar la realidad de las cosas.
Es
preciso que el investigador no asuma posturas dogmáticas y no se
cierre al conocimiento; que no se considere poseedor de verdades
absolutas que no diga que la búsqueda ha terminado; que no asuma la
actitud de la ignorancia.
Se
requiere que el investigador tenga el amor por la investigación, con
la conciencia de que es el medio para la obtención de los
conocimientos científicos y filosóficos, es decir, de los
conocimientos racionales.
El
amor a la verdad se manifiesta en la búsqueda insaciable origina un
interés, una predisposición a "detenerse" frente a las
cosas para tratar de obtener de ellas su esencia, características,
etcétera.
La
cualidad de la actitud moral. Esta actitud se refiere a la honestidad
y a la responsabilidad que debe asumir el investigador en el
ejercicio de sus actividades.
Por
honestidad intelectual el investigador no debe alterar o modificar
los datos, no cambiar el sentido de lo expresado por otros
investigadores que se consultan. Requiere ponderar el justo valor de
las aportaciones de todo autor, sin efectuar críticas desmedidas;
implica reconocer méritos ajenos y evitar el plagio.
La
cualidad de la actitud reflexiva. Esta actitud se refiere al sentido
crítico con que el investigador debe desarrollar su trabajo de
análisis de fuentes, a la atención detallada que debe prestar en la
detección y selección de los problemas implicados en su
investigación, a la postura juiciosa para llevar a cabo la
comprobación de sus hipótesis, así como al examen cuidadoso de la
proyección de las diferentes actividades involucradas en el proceso
de la investigación.
Al
contar con esta cualidad el investigador es capaz de realizar
aportaciones personales y proponer enfoques a futuras
investigaciones.
La
cualidad de la actitud objetiva. Esta actitud se refiere a la
disposición con que debe contar el investigador a fin de estudiar y
enfocar las fuentes de conocimiento tal como son. Hace referencia a
la imparcialidad intelectual y a la independencia de criterio para
juzgar los datos y los pensamientos ajenos; a la capacidad de
recorrer las etapas de la investigación, libre de perjuicios,
opiniones e ideas preconcebidas.
Esta
cualidad, por estar basada en un criterio realista, nos remite a la
capacidad de auto-crítica que debe tener el investigador a fin de
reconocer y corregir errores.
La
cualidad de habilidad en el manejo de métodos y técnicas. Como su
nombre lo indica, esta cualidad se refiere a la aptitud del
investigador para seleccionar y aplicar los métodos y las técnicas
adecuadas a las actividades del proceso de investigación.
La
cualidad de ser ordenado. Esta cualidad radica en aquellas personas
que están habituadas a ordenar sus cosas y sistematizar sus
pensamientos. A un buen investigador lo caracteriza, entre otras
cosas, su habilidad para organizar las actividades de su trabajo
mediante planes a los que les da seguimiento.
La
cualidad de ser perseverante. Se refiere a la constancia que debe
presentar el investigador en el logro de los objetivos de su trabajo;
tiene que ver con el ejercicio de su voluntad a fin de conseguir los
resultados previstos.
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